¿Y la credibilidad?...

Creo que para estas alturas ya todos sabemos lo que ha pasado en el seno de la Fórmula Uno, el “Stepneygate”, cuyo nombre pertenece al principal actor de Ferrari quien sustrajo los documentos privados y confidenciales, está terminando irónicamente en un castigo sin precedentes hacia McLaren, quien a final de cuentas resultó ser culpable de tener documentos confidenciales de la escudería de Maranello y utilizados para tomar ventaja en lo que va de la temporada.


Veámoslo en perspectiva: Para aquellos que no tienen la idea muy clara de cómo estuvo el problema completo, el asunto es como sigue:

* Niegel Stepney, ingeniero de Ferrari, quien se encuentra disgustado con la escudería porque no le dieron el puesto de Ross Brawn, sustrae documentos confidenciales de Ferrari y se los lleva a su amigo Mike Coughlan, jefe de diseño de McLaren. Estos dos llevan una comunicación constante durante meses antes y durante el inicio de la temporada.

* Coughlan, De la Rosa y Alonso intercambian emails preguntando y respondiendo sobre especificaciones de los autos rojos, e intentando sacar provecho de ello. Se dan cuenta de que no pueden usar las partes técnicas de Ferrari, pero sí continúan recibiendo información de Ferrari en torno a sus estrategias y algunos otros detalles clave.


* La esposa de Coughlan, Trudy, intenta fotocopiar los documentos en un lugar público (¿?), el empleado de dicho centro avisa a las oficinas de Ferrari, destapando así el tremendo caso.

* McLaren y Ferrari son citados por la FIA para declarar sobre el asunto. En ese entonces el detallito de los emails no ha salido a la luz. Se declara que no hay pruebas suficientes para acusar al equipo inglés, recibiendo tremendas protestas por parte de Ferrari quienes apelan y logran convocar a otra investigación más profunda.

* La FIA obliga a los pilotos de Woking a proporcionar cualquier información relacionada con el caso, sin embargo, los rumores apuntan a que el mismo Ron Dennis proporcionó los correos a Mosley (Presidente de la FIA) ya que estaba recibiendo amenazas de Fernando Alonso si no lo convertía en el piloto número uno, dejando de lado la política de la escudería de equidad entre sus pilotos. A pesar de ello, la FIA ofrece inmunidad a De la Rosa y a Alonso.

* Finalmente, entre lo ires y venires y la guerra de declaraciones, se convoca a una segunda junta, en la que McLaren resulta con un excesivo castigo de 100 millones de dólares y quedando eliminado de la competencia de constructores, no así de la batalla de pilotos. Además, su participación en el siguiente año está en duda ya que será cometido a una estricta revisión durante el invierno por la FIA para ver si los autos en desarrollo llevan cualquier cosa que huela a Ferrari. Si es así, serán eliminados del a temporada, si no, se les permitirá participar

Si ustedes leen las transcripciones de todo el proceso que se dio el 13 de septiembre (click aqui), todas las preguntas que uno pueda hacerse al respecto son inútiles. Está bien, el castigo realmente es ejemplar, ya que no se puede saber realmente hasta dónde llegó el conocimiento de esos documentos o las ventajas que les pudieron haber dado a McLaren o a los pilotos implicados, pero, yo sigo teniendo una pregunta, ¿Porqué De la Rosa y Alonso, quienes están metidos hasta el cuello no fueron sancionados?, la FIA se apega mucho a las reglas, pero con los pilotos implicados parecen no tenerlas. La razón que dieron fue únicamente que se les ofreció inmunidad a cambio de información. Si el rumor de que Ron Dennis fue el que tuvo que dar la alerta primero, ¿dónde queda su colaboración en esto?

El caso es, que la reputación de McLaren y especialmente la de Ron Dennis se ha visto severamente afectada, cosa que no había sucedido nunca. Hay otras teorías, como la de Jo Ramírez, -ex ingeniero en jefe de McLaren y mexicano orgullosamente-, quien dice que todo esto es un circo montado por Ferrari y Max Mosley para acabar con Ron Dennis y con McLaren, su más fuerte competidor. Alonso, por su parte, ha demostrado ser no solo una diva completa, sino también un mercenario que no se detiene ante nada para lograr lo que quiere y castigar a quienes cree que le están haciendo daño.

La verdad, el caso está tan enredado y plagado de irregularidades y abusos que no podremos saber la verdad en mucho tiempo, y nos encontramos ahora en una etapa de la Fórmula Uno en la que no sabemos en qué o en quienes creer. Sólo queda una profunda tristeza al pensar que una temporada que iba tan excelente quede manchada y termine de esta manera por cuestiones tan sucias como ésta.